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viernes, 31 de octubre de 2008

Introduccion a la Literatura


__La Literatura actual__

CIRCUNSTANCIAS POLITICAS Y SOCIALES:

A partir de 1975, tras la muerte de Franco (Dictador Facista, y Rey de España), se inicio una nueva etapa de la historia de España, en la que las distintas fases de la normalización democrática y de la incorporación de España a la política europea e internacional se sucedieron con rapidez.
Desde que en 1976 se aprobara en referéndum el proyecto de reforma política promovido por Adolfo Suárez, los acontecimientos se sucedieron en lo que se llamó la “transición a la democracia”: se legalizaron los partidos políticos, se convocaron elecciones generales y se celebraron Cortes Constituyentes que dieron como fruto la Constitución española de 1978. España lograba el reconocimiento internacional como estado plenamente democrático, y el año 1985 ingresaba en la Comunidad Económica Europea como miembro de pleno derecho.
El resultado de estos acontecimientos ha sido la plena participación de España en la actividad política internacional y el rápido desarrollo de una sociedad dinámica, acorde con las nuevas tendencias de la cultura occidental.
Habitualmente se toma 1975 como punto de partida para el estudio de las manifestaciones más recientes de nuestra literatura por las importantes repercusiones que los acontecimientos históricos tuvieron en el ámbito de la cultura; pero eso no significa que la labor de los escritores sufriera una brusca transformación a partir de ese momento.
Los contactos con el extranjero y el redescubrimiento de las vanguardias revitalizan la literatura castellana. En los años 60, los escritores y escritoras comienzan a rechazar el realismo social, ensayan nuevas técnicas de expresión y cultivan todo tipo de géneros, aunque, en los últimos años, se observa un retorno a formas literarias tradicionales. La literatura hispanoamericana atraviesa una etapa de esplendor y narradores como Gabriel García Márquez, Julio Cortázar, Vargas Llosa, Carlos Fuentes, influyen en la novelística española.
Asimismo, las otras lenguas peninsulares (el eusquera, el gallego, y el catalán) irán recuperando su pasado literario después de una larga época de censura. En estas décadas se multiplican los premios literarios y la participación en las ferias del libro, se inicia una etapa de gran vitalidad editorial y, en general, la vida cultural del país se enriquece.

LA NOVELA:

En estos últimos años, la narrativa ha alcanzado un auge extraordinario. La publicación de novelas se ha multiplicado y lo mismo puede decirse de los relatos cortos. El interés que despierta la nueva narrativa queda patente por la proliferación de reseñas in publicaciones periódicas, la frecuente aparición de escritores en los medios de comunicación, los numerosos premios literarios que se conceden y el interés con que el publico recibe la novedades.
-Temas, tendencias y caracteres:
Los autores siguen tendencias muy variadas, en gran medida por la causas antedichas: la libertas total para la creación una vez rotas las trabas de la censura y finalizados lo lazos con el compromiso político; la comunicación masiva con todo tipo de novedades y tendencias; y la fragmentación ideológica del pensamiento occidental.
Desde finales de los años setenta se observa el abandono de la actitud combativa propia de los autores del realismo social, la decadencia de lo experimental y la recuperación del argumento. Los novelistas, en efecto, no escriben sus obras para manifestar sus convicciones e influir sobre la sociedad, ni tampoco como mero ejercicio retórico, sino que buscan temas interesantes y tratan de desarrollarlos con la mayor amenidad posible valiéndose de los recursos narrativos tradicionales.
Entre los elementos que dan cierta cohesión a la narrativa española actual cabe destacar los siguientes caracteres:
-Tendencia a la subjetividad y al intimismo, frecuente en aquellas novelas de tono existencial en las que se presenta a un protagonista algo desvalido o inseguro, que busca su identidad, sus raíces familiares, o intenta hallar un sentido a su vida.
-Proliferación de personajes mediocres, escépticos y moralmente indefinidos
-Abundancia de novelas de tono humorístico y de tonos líricos o nostálgicos.
-Preferencia por los temas urbanos, aunque los ambientes rurales y las interpretaciones idílicas de la naturaleza no son infrecuentes.
-flexibilización de la estructura narrativa, que, en general, se pone al servicio de la expresividad y de la eficacia narrativa.
-Preocupación muy acusada por el lenguaje y búsqueda de un estilo personal.
-Gusto por las referencias culturales.
El crítico Santos Sanz Villanueva agrupa la producción, novelística posterior a 1975 en subgéneros narrativos de carácter temático. Su clasificación nos sirve de base para ver las corrientes mas representativas de la narrativa actual.
-Novela negra o de tema policiaco. Posiblemente los autores mas representativos de esta tendencia sean Manuel Vázquez Montalbán y Eduardo Mendoza. También han trabajado en esta línea Antonio Muñoz Molina, en el invierno en Lisboa o Beltenebros, y Juan José Millás, en Visión de la noche.
-Novela histórica. Esta tendencia, también en boga en otros países, produce evocaciones, a veces muy bien documentadas, de acontecimientos o personajes del pasado. Han cultivado la novela histórica, entre otros, José María Merino (El oro de los sueños), Julio Llamazares (Luna de lobos), Javier Alfaya (Encima de o la memoria frígida) y Antonio Muñoz Molina (El jinete polaco).
-Novela culturalista. El culturalismo puede definirse por su heterogeneidad: evocaciones minuciosas del pasado recreaciones de ambientes refinados relacionados con el mundo de los artistas, asuntos mitológicos o reflexiones sobre el proceso creativo. La novela El centro del aire, de José Maria Merino, podría constituir un buen ejemplo de novela culturalista.
-Novela intimista. Se trata de narraciones que, con un tono lírico muy acusado, tratan problemas humanos relacionados con la búsqueda persona. Ejemplos de novelas intimistas son La lluvia amarilla, de Julio llamazares, El desorden de tu nombre, de Juan José Millás, El sur, de Adelaida García Morales, o Todos mienten, de Soledad Puértolas.
-Oreas tendencias. Bajo este rótulo tan impreciso, se pueden catalogar las novelas que intentan una revitalización de la novela tradicional, como por ejemplo, Juegos de la edad tardía, de José Luis Landero y La fuente de la edad, de Luis Mateo Díez.

LITERATURA Y MEDIOS DE COMUNICACION:

-Las colaboraciones literarias en la prensa:
Por una parte, son muchos los novelistas que colaboran de manera asidua en la prensa: Julio Llamazares, Javier Marías, Juan José Millás, Rosa Montero, Antonio Muñoz Molina, Manuel Vicent, Francisco Umbral, Manuel Vázquez Montalbán, etc. El valor literario de estas colaboraciones no reside sólo en que están escritas con un estilo muy cuidado, sino también en que con frecuencia su contenido trasciende el simple comentario costumbrista o de actualidad, lo que permite que después sean recopiladas y publicadas en libro.
-Del periodismo a la literatura:
Por otra parte, cada vez son más frecuentes las aportaciones literarias de conocidos periodistas, que dan a la ficción una base real muy sólida, próxima al reportaje periodístico: Alfonso S. Palomares (Las linotipias del miedo,1977); Manuel Leguineche (La tribu, 1980); Rosa Montero (Crónica del desamor, 1979; Te trataré como a una reina, 1983); Jorge Martínez Reverte (Demasiado para Gálvaz, 1979); Manuel Vicent (Balada de Caín, 1987) Eduardo Haro tecglen (El niño republicano, 1996): Maruja Torres (Un calor tan cercano, 1977).
-El papel de los medios de comunicación en las difusión de la narrativa:
También es necesario tener en cuenta el papel de los medios de comunicación audiovisuales (cine, televisión) como amplificadores de la difusión de la narrativa. En efecto, son constantes las adaptaciones cinematográficas o televisivas de novelas clásicas o contemporáneas. Ola divulgación en forma novelada de los guiones de películas o series televisivas de éxito. Baste recordar que Gonzalo Torrente Ballester no alcanzo éxito de público hasta que una serie televisiva dio a conocer su trilogía narrativa Los gozos y las sombras.

-Gonzalo Torrente Ballester (1910- ), escritor español realista de prosa culta que se ha servido de técnicas experimentales.
Nació en Ferrol (La Coruña) en 1910. Se ha dedicado a la enseñanza, a la crítica, a la producción novelística y al teatro, representado por el Viaje del joven Tobías, de 1936, El retorno de Ulises y Lope de Aguirre. En 1943 publica Javier Mariño, libro al que le siguen El golpe de estado de Guadalupe Limón (1946); Ifigenia; la trilogía Los gozos y las sombras, constituida por El señor llega (1957), Donde da la vuelta el aire (1960) y La pascua triste (1962); Don Juan (1963); Off Side (1969); La saga/fuga de J.B., que recibió los premios Ciudad de Barcelona y de la Crítica, de 1972; La isla de los jacintos cortados (1982); Filomeno a su pesar. De su labor como ensayista se destacan el Panorama de la literatura española contemporánea (1956), Siete ensayos (1972), El Quijote como juego. En 1975 se convierte en miembro de la Real Academia Española. Ha recibido el Premio Príncipe de Asturias en 1982 y en 1985 el Miguel de Cervantes.

EL TEATRO:

Las circunstancias políticas y sociales que se han dado en España a partir de 1975 han sido muy favorables para el teatro; la desaparición de la censura ha coincidido con el interés estatal por subvencionar las iniciativas teatrales y con la creación del Centro Dramático Nacional, el Centro de Documentación Teatral y el Centro Nacional de Nuevas tendencias Escénicas. Además, se han multiplicado las publicaciones destinadas a la difusión de textos teatrales y en toda España se celebran festivales de teatro.
Curiosamente, en un ambiente en apariencia tan propicio, son pocos los estrenos de nuevas obras, y el público se ha mostrado remiso a acudir a los teatros, tal vez por la competencia del cine y la televisión.
De los dramaturgos que iniciaron su carrera en décadas anteriores se siguen representando obras de los más relistas, como Antonio Buero Vallejo o Antonio Gala. En cambio, muchos autores de teatro experimental, que vivieron momentos de éxito entre 1968 y 1975, han perdido su público.
El apoyo estatal ha quitado fuerza a las compañías independientes, que han pasado a ser en muchos casos compañías estables subvencionadas por las distintas Comunidades Autónomas. No obstante, conservan su independencia y prestigio algunos grupos como “Els Joglars” y “Els comediants”.
En las obras dramáticas estrenadas desde 1975 se observa, como en los demás géneros, un notable eclecticismo. Aunque los tipos de obras más cultivados se inscriben en la línea del teatro de evasión, hay también una revalorización del teatro social y del costumbrismo, en versiones actualizadas, acordes con las nuevas realidades y con los personajes de la sociedad española de nuestros días.

LA POESÍA:

La poesía posterior a 1975 es muy poco uniforme, debido en parte a la convivencia de al menos cinco generaciones de poetas en activo.
Como tendencia general, la poesía contemporánea ha tratado de superar el culturalismo de los novísimo, que se considera ya agotado. Por lo demás, las nuevas generaciones se han manifestado de una manera muy independiente, ajena a escuelas o modas.
Como resultado de esta actitud general de independencia, las tendencias son muy variadas:
-El poeta y crítico Luis Antonio de Villena ha señalado un retorno, a lo que él llama tradición clásica, entendida como la pervivencia histórica de los temas y las formas de la literatura grecolatina a través de las literatura occidentales.
-Se hace una nueva lectura de la poética tradicional, una poética que abarca desde los autores clásicos hasta la poesía de posguerra, pasando por las obras de los escritores modernistas, simbolistas y parnasianos, a los que se presta especial atención. Toda esta tradición es valorada positivamente por los poetas más jóvenes, que la adaptan a la sensibilidad actual e incluso se atreven a parodiarla o a darle un tratamiento humorístico.
Un poeta muy característico de esta tendencia es Luis García Montero, quien en su Egloga de los rascacielos retoma tanto la métrica como la temática amorosa de Gracilazo de la Vega y las recrea en clave urbana.
-Se produce un acercamiento de la poesía a la narración. Los poemas recogen anécdotas, se ponen en boca de personajes que cuentan historias, se da entrada al lenguaje coloquial, incluso a rasgos costumbristas. Un ejemplo puede ser el poema “La culpa”, de Isla Correyero.
-Se asiste a una revitalización del surrealismo y a una intensa depuración del lenguaje.
-Es característico el gusto por los temas urbanos y las referencias a otras manifestaciones culturales, como el cine o la música rock.
Naturalmente, junto a estos poetas más jóvenes siguen trabajando y publicando los de la etapa anterior. Algunos de los que gozan ya de un lugar estable en el aprecio de la crítica y de los lectores, pueden ser por ejemplo Luis Antonio de Villena, Luis Alberto de Cuenca, Antonio Colinas o Jaime Siles.

LA LITERATURA HISPANOAMERICANA:

Los diecinueve países americanos de habla española presentan unas peculiaridades que conviene tener presentes.
-La naturaleza, con sus proporciones grandiosas: la cordillera, la pampa, la selva amazónica... Sus fuerzas telúricas acompañan a las peripecias humanas en la obra de los escritores.
-El mestizaje, con su alcance humano y cultural. Blancos, indios, negros, mestizos, mulatos... estarán presentes en la literatura con sus problemas. Y además, la simbiosis de las tradiciones indígenas y la española es un fenómeno fundamental.
-Las desigualdades sociales, derivadas de una explotación de las inmensas riquezas por grandes potencias extranjeras con la complicidad de las oligarquías conservadoras nacionales. Frente a éstas, grandes masas paupérrimas (indios y mestizos). Buena parte de la producción literaria denunciará tal estado de cosas.
-La inestabilidad política, resultado de lo anterior. La oligarquía inspira “gobiernos fuertes”;en los sectores intermedios apuntan soluciones democráticas liberales. El resultado es la conocida sucesión de revoluciones y contrarrevoluciones. Es natural que los escritores tomen partido ante tan dramáticos procesos.
La producción literaria de estos países en lo que v de siglo en ingente: hay manuales que censan no menos de 1.500 escritores. Dentro de este siglo se pueden destacar las siguientes etapas con sus tendencias dominantes:
-Años iniciales del siglo: plenitud del Modernismo en poesía. La novela, en cambio sigue fiel al Realismo.

-A partir de 1920: nuevas tendencias poéticas (poesía sencilla o vanguardista); en novela, se consolida un realismo con temas americanos e intención social.

-En los años 40 y 50 se producen experiencias renovadoras en la narrativa, compatibles con los acentos sociales, que se incrementan en la poesía.

-Los años 60 y 70 son, ante todo, los del llamado “Boom” de la novela mundial y cuyo esplendor llega hasta hoy.

La poesía Hispanoamericana

De 1940 a hoy, la proliferación de corrientes y grupos es extraordinaria, como corresponde a un horizonte geográfico tan extenso y complejo. He aquí algunas tendencias destacadas:
-Pervivencia de la poesía pura o de la vanguardista.
-Poesía comprometida, cuyo modelo es el Canto general de Neruda (1950).
-Poesía de tono existencialista.
-Nuevas corrientes experimentales.
Octavio Paz es, sin duda, la máxima figura poética de las últimas décadas. Nació en México en 1914. Comenzó con una poesía comprometida, pero muy elaborada. Pasó a un lirismo metafísico, hermético. En fin, su inquietud le ha llevado a ocupar una permanente vanguardia, preocupada por explorar los poderes del lenguaje. Su antología La centena recoge muestras de sus principales libros (Libertad bajo palabra, Salamandra y Ladera este). Es también un profundo y deslumbrante ensayista. Su fama ha ido creciendo hasta merecer el Premio Nóbel en 1990.

La narrativa Hispanoamericana

A partir de 1960 en el llamado “Boom” los lectores europeos descubren con asombro autores como Cortázar, Vargas Llosa, García Márquez... Ellos y otros sitúan a la novela hispanoamericana, a la cabeza de la narrativa mundial del momento.
Estos nuevos novelistas continuaban las innovaciones señaladas en el apartado anterior, las llevaban más lejos y aportaban nuevos recursos. Así, se confirma la ampliación temática, los nuevos tratamientos de los rural y el “realismo mágico”; se avanza en la renovación de las técnicas narrativas; se enriquece el lenguaje con diversas experiencias... En suma, un derroche de creatividad.
Todo ello no supone necesariamente un alejamiento de la realidad, sino una voluntad de abordarla de forma más válida estéticamente. Y con ello son compatibles los propósitos de testimonio o denuncia.

jueves, 30 de octubre de 2008

La Literatura Europea


__Literatura Europea del siglo XX__

LITERATURA ESPAÑOLA DEL SIGLO XX :

En este siglo se produce una nueva edad de oro de las letras españolas . Principalmente debido a tres generaciones de escritores :
La Generacíón de 98 , influida en sus orígenes por el modernismo de Rubén Darío, los Escritores Novecentistas cuyo autor más destacado es el filósofo Ortega y Gasset y Federico Garcia Lorca, en cambio la Generación del 27 que tiene su modelo en Juan Ramón Jiménez.


El Modernismo Español

Se llama modernismo al movimiento poético introducido por Rubén Darío , a su vez influenciado por los simbolistas franceses ,Verlaine , Mallarmé ....
Rubén Darío llegó a España como delegado americano en la fiesta del centenario colombiano.Para entonces ya había alcanzado el éxito con su librode poemas Azul.Después residió en París,donde recibió la influencia de los escritores simbolistas ,adaptando sus formas al castellano. Allí escribió sus : ProsasProfanas. A su regreso a España en 1999 era ya considerado un maestro por los jóvenes escritores españoles, que sentían mágica la sonoridad de sus versos .
Rubén provocó una auténtica renovación en las letras españolas, adaptando las formas simbolistas, frente al arte realista de los escritores de la Restauración ; como hizo en su día Garcilaso de la Vega, adoptando las formas del Renacimiento .
El modernismo se caracterizó principalmentepor :
-Adopción del verso alejandrino francés -Utilización del pié latino en el verso libre -Uso de formas métricas medievales -Profusión de imágenes y metáforas
Un grupo de escritores influenciados por el Modernismo , van alejándose paulatinamente de esta tendencia,al tiempo que adoptan una actitud crítica.

GENERACION DEL 1898

En esta fecha se produce el desastre militar de Cavite y de Santiago de Cuba y se firma el tratado de París por el que España pierde sus últimas colonias .
Este sería el hecho generacional que unió a una serie de escritores preocupados por la decadencia de España .
El núcleo de escritores que la integraban estaba constituido por : Azorín , Baroja , Unamuno , Antonio Machado, y Maeztu. También se puede citar a Valle Inclán y Jacinto Benavente .
Tuvieron un precusor en su actitud crítica en Angel Ganivet , que en su obra Idearium español somete a análisis las causas de la decadencia de España y resalta el caracter estoico y senequista de nuestra cultura .
Los rasgos más destacados en la personalidad y en la obra de éstos escritores , son :
- Idealismo exaltado frente al materialismo anterior.
- Amaban una España distinta de la que contemplaban.
- Ven a Castilla como el núcleo aglutinador.
- Miran a la época posterior a la de los Reyes Católicos, para buscar la verdadera esencia de España.
- Con la madurez la crítica se va dulcificando. Entonces ya la realidad no importa , lo que importa es nuestro ensueño ( Azorín )
- En cuanto al estilo literario se caracteriza por la sencillez, sinceridad,y expresividad

ESPAÑA SIGLO XX:
En el siglo XX la corriente literaria iniciada por la generación del 98 se apagó por un tiempo durante la Guerra Civil (1936-1939), cuando la mayoría de los intelectuales fueron silenciados u obligados a tomar el camino del exilio, pero recuperó su vigor después de la II Guerra Mundial. Véase Literatura española del exilio.
La sensibilidad y la absoluta pureza formal, en las obras de los escritores de comienzos del siglo XX, caracterizan la poesía de Juan Ramón Jiménez, quien obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 1956. El filósofo y ensayista José Ortega y Gasset, maestro de la prosa, es muy conocido como uno de los principales intérpretes del espíritu de su época. Otros escritores destacados de este periodo son el novelista, poeta y crítico Ramón Pérez de Ayala; el novelista y ensayista Gabriel Miró; el novelista, dramaturgo y crítico Ramón Gómez de la Serna —autor de las greguerías—, que fue el máximo exponente del vanguardismo y el expresionismo literario en España; el crítico y ensayista Eugeni d'Ors; los ensayistas Salvador de Madariaga y Gregorio Marañón; y el crítico y catedrático Ramón Menéndez Pidal.

Poesía Española

Una brillante generación de poetas, conocida como la generación del 27, floreció a finales de los años veinte y durante toda la década de los treinta. El más conocido de estos poetas es Federico García Lorca, quien dio expresión al espíritu popular de España en sus poesías y obras teatrales. Otros poetas destacados de esta generación son Jorge Guillén, Rafael Alberti y Vicente Aleixandre. La obra de Guillén se agrupa, bajo el título de Aire nuestro, en tres libros: Cántico, Clamor y Homenaje. Guillén tuvo que exiliarse por motivos políticos en 1939, y sus versos reflejan un pesimismo creciente. Aleixandre, que obtuvo el Premio Nobel en 1977, ejerció una considerable influencia sobre otros poetas españoles. Su obra poética, que comienza con Ámbito (1928), adapta con inmensa creatividad la experiencia renovadora del surrealismo. Antología total (1975) es la más reciente colección completa de sus obras. La influencia de esta formación generacional se reflejó en poetas como César Vallejo, Pablo Neruda, Vicente Huidobro y Octavio Paz, entre otros. Al grupo al que en ocasiones se hace referencia como generación del 36 pertenecen Germán Bleiberg, Carmen Conde, Luis Felipe Vivanco, Leopoldo Panero, Luis Rosales, Dionisio Ridruejo y, así también, Miguel Hernández, quien fue elogiado de forma unánime tras la publicación de El rayo que no cesa (1936). La generación del 36 se caracteriza por la expresión de su fe religiosa y por su intimismo. Fueron poetas disconformes con la situación política y social creada tras la Guerra Civil española, pero que en vez de enfrentarse con el régimen establecido optaron por una poesía personal y sincera sobre la naturaleza, la fe religiosa y otros temas íntimos.
Nueve poetas dominan la generación que sucede a la de 1936; se trata de Rafael Morales, Vicente Gaos, Carlos Bousoño, Blas de Otero, Gabriel Celaya, Victoriano Crémer, José Hierro, Eugenio de Nora y José María Valverde. El verso de Hierro representa el antiesteticismo, el compromiso social y la preocupación por España que caracteriza al grupo en su conjunto. Otras características del grupo son: 1) poesía subjetiva del individuo en conflicto con el mundo exterior, como en los poemas iniciales de Blas de Otero; 2) actitud realista —ni trágica ni exasperada, sino serena y de religiosidad íntima—, como en la obra de Valverde y la poesía última de Blas de Otero; y 3) tendencias objetivas y poesía social, como en la obra de Gabriel Celaya, Victoriano Crémer y Eugenio de Nora. En la poesía actual española todavía hay dos generaciones encontradas con las nuevas de expresiones. Poetas que se iniciaron en los años cincuenta aún dominados por los temas sociales, pero que pronto se centraron en una poesía estética —con toques surrealistas, intuitivos y personales, y que se les conoce como la generación del 50. De este grupo formaron parte José Manuel Caballero Bonald, Ángel Crespo, Jaime Gil de Biedma, Claudio Rodríguez o Félix Grande. Los escritores que se dieron a conocer a finales de la década de 1960 significaban modernidad e intuición estética, en especial el grupo de los Novísimos, como Félix de Azúa, Pere Gimferrer, Antonio Martínez Sarrión, Leopoldo María Panero entre otros. A partir de 1980 —por marcar una referencia— la poesía española se ha hecho individual, fuera de grupos y escuelas. Cada creador se afirma y busca su expresión lingüística y estética, pero sin enfrentamientos con las generaciones y tendencias anteriores, como Blanca Andréu, aunque dentro de esta libertad creadora individualista también surgen los poetas que mirán atrás, tratando de establecer lazos con los mayores y moviéndose en grupos, como Luis García Montero. Es difícil, por no decir imposible, fijar criterios de unidad estilística con criterios clásicos por falta de perspectiva histórica y por la convivencia en la actualidad de géneros y estilos.

La novela Española

La novela es el género más floreciente de la literatura española contemporánea. Max Aub es autor, entre otras obras, de El laberinto mágico —amplio panorama sobre la guerra civil— y La verdadera historia de la muerte de Francisco Franco (1960). Una de las mejores novelas de Francisco Ayala, crítico y sociólogo además de novelista, es Muertes de perro (1958), que describe el mundo esperpéntico de una dictadura americana. Las novelas La familia de Pascual Duarte (1942), de Camilo José Cela, y Nada (1944), de Carmen Laforet, figuran entre las más destacadas de un nuevo tipo de realismo conocido como tremendismo, que se caracteriza por la presencia del antihéroe y la insistencia en los aspectos más sórdidos y desagradables de la vida. Cela, galardonado con el Premio Nobel en 1989, ha escrito novelas de estilos muy diferentes y es también conocido por sus libros de viajes. La colmena (1951) es para algunos su mejor novela.
Una variante más tradicional de realismo es la que representan las obras de escritores como Ignacio Agustí, a quien se debe el ciclo La ceniza fue árbol, centrado en la burguesía de Cataluña, y José María Gironella, autor de Los cipreses creen en Dios (1953), que inauguró una saga de conflictos familiares que simbolizan las disputas políticas que condujeron a la Guerra Civil española. Miguel Delibes destaca por sus libros de viajes y novelas realistas, entre las que sobresalen La sombra del ciprés es alargada (1948) y Cinco horas con Mario (1966). Ana María Matute, que ingresó en la Real Academia Española en 1996, y que suele emplear un realismo exagerado pese a sus arranques líricos, encuentra en la infancia uno de sus temas habituales y es autora de libros como Los niños tontos (1956) y Primera memoria (1959). El Jarama, de Rafael Sánchez Ferlosio, es una novela objetiva en extremo, de estilo innovador en su época que su autor no tardaría en abandonar. Las novelas de Juan Goytisolo abordan problemas existenciales y son un alegato contra el vacío histórico de la sociedad española; entre sus obras más famosas se encuentran Reivindicación del conde don Julián (1970) y Paisajes después de la batalla (1982). Entre las novelas de Ramón J. Sender, considerado por algunos como el novelista más importante de esta generación, se incluyen Mr. Witt en el cantón (1935), Crónica del alba (1942) y Réquiem por un campesino español (1960).

Teatro y ensayo

El teatro moderno español no ha estado a la altura de los otros géneros. Cabe citar entre los dramaturgos a Alejandro Casona, de cuyo simbolismo es muestra La dama del alba (1944), y a Antonio Buero Vallejo, cuya Historia de una escalera es un buen ejemplo de su teatro realista con alusiones existencialistas. También son dignos de mención Alfonso Sastre, autor de Escuadra hacia la muerte (1953), Miguel Mihura y Fernando Arrabal, polémico autor, cuyas primeras obras, que él denominó “pánicas”, revolvieron la escena española. Véase también Teatro español.
En el terreno del ensayo, Julián Marías, discípulo de Ortega y Gasset, hizo algunas contribuciones importantes al género durante la posguerra. Américo Castro, Dámaso Alonso y Joaquín Casalduero son algunos de los críticos literarios más destacados. Entre la multitud de eminentes ensayistas contemporáneos se encuentran José Gaos, Pedro Laín Entralgo, José Ferrater Mora, María Zambrano, José Luis López Aranguren, Francisco Ayala, Guillermo Díaz Plaja, Ricardo Gullón y Guillermo de Torre.

LITERATURA ITALIANA DEL SIGLO XX

La literatura italiana del siglo XX muestra una gran variedad de formas y temas. Gran parte de ella refleja las experiencias de los años del fascismo, mientras que, desde el final de la II Guerra Mundial, fue el realismo social el estilo dominante durante años, hasta que fue sustituido por una corriente profundamente introspectiva tanto en la poesía como en la prosa.

Una figura destacada de las tres primeras décadas del siglo XX fue el novelista y autor teatral Luigi Pirandello, que recibió el Premio Nobel de Literatura en 1934. En sus obras de teatro introdujo elementos innovadores tendentes a acercar al público la interpretación de los actores y establecer una relación más directa entre ambos elementos de la escena. Muchas de sus obras teatrales son dramatizaciones de antiguas historias populares y, por lo general, abordan problemas filosóficos, como el relativismo y las personalidades múltiples, que el autor siciliano pone al descubierto a través de su sutil habilidad para describir la psicología de los personajes y de su chispeante ingenio. También abordó el problema de la emigración en la época de Garibaldi. Sus obras teatrales más famosas son: Seis personajes en busca de autor (1921), Enrique IV (1922), Así es (si así os parece) de 1917 y Esta noche se improvisa (1930), mientras que entre sus novelas destacan títulos como El difunto Matías Pascal (1904).

El triunfo del fascismo, con la consiguiente toma del poder por parte de Benito Mussolini, afectó negativamente a la hasta entonces rica vida literaria italiana. El fascismo fracasó a la hora de crear un tipo de literatura acorde con los principios del régimen en el poder. Los autores más destacados reaccionaron de diferentes modos ante las restrictivas condiciones intelectuales y la limitación de la libertad contenida en la ideología fascista. Muchos de ellos defendieron abiertamente posturas contrarias al régimen. Este fue el caso de Giuseppe Antonio Borghese, que describió la situación de su país en una novela, Goliath, la marcha del fascismo (1937), escrita en inglés y que no fue traducida al italiano hasta diez años después. Del mismo modo, el novelista Ignazio Silone sufrió la censura, se exilió de su país y obtuvo reconocimiento internacional por novelas como Fontamara (1930) y Pan y vino (1936). Benedetto Croce fue obligado a cesar en sus actividades durante el tiempo que duró la etapa fascista, mientras que el periodista y diplomático Curzio Suckert, que escribió bajo el seudónimo de Curzio Malaparte, comenzó trabajando para el Gobierno, en su cargo de alto funcionario, pero acabó renegando de Mussolini. Así, su obra más poderosa, Kaputt (1944), describe la degeneración moral y cultural de la Europa dominada por el fascismo

a) Poesía

Giuseppe Ungaretti, que ocupa, junto a Eugenio Montale, un lugar preeminente dentro de la literatura europea del siglo XX, publicó un primer libro de poemas, El puerto sepultado (1916), que marcó un resurgimiento de la poesía italiana. Sus obras, caracterizadas por un sorprendente uso del vocabulario y por una gran habilidad para crear vívidas imágenes de inusual intensidad lírica, fueron recopiladas en un solo volumen titulado La vida de un hombre (1942-1961), que contiene, entre otros, los poemas de los libros Alegría de naufragios (1919), Sentimiento del tiempo (1933) y La tierra prometida (1950).
Los poemas más importantes de Eugenio Montale, en cambio, se encuentran reunidos en tres volúmenes titulados respectivamente Huesos de sepia (1925), Las ocasiones (1939) y El vendaval y otras cosas (1956). Su lírica, por la que obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 1975, resulta a veces extremadamente concisa y hermética y contiene una ácida e inteligente crítica de la vida que, en ocasiones, la tiñe de pesimismo.
Salvatore Quasimodo es otro de los poetas destacados de estos años. Sus obras, entre las que se cuentan Y enseguida anochece (1942), Día (1942), La vida no es sueño (1949) y Dar y tener (1966), revelan una apasionada y lírica conciencia de la condición trágica de nuestra época. En 1959 fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura.

b) Narrativa

Pocos años después del final de la guerra apareció en Italia un nuevo tipo de realismo ligado, en especial, al cine, que atravesó un periodo de creatividad antes desconocido, hasta el punto de que empujó a la crítica a acuñar un término nuevo para describirlo: neorrealismo. Entre las figuras literarias que se adscribieron a ese importante movimiento se encuentran Carlo Levi, que expuso los sufrimientos de los campesinos de sur de Italia en su conocida novela Cristo se detuvo en Éboli (1946); Elio Vittorini, autor de Conversaciones en Sicilia (1938-1939); y Vasco Pratolini, que escribió Crónicas de pobres amantes (1947). Otras destacadas personalidades de las letras de este periodo fueron Mario Soldati, conocido por su obra Cartas de Capri (1954); el poeta, ensayista y narrador Cesare Pavese, autor de Entre mujeres solas (1949), El diablo entre las colinas (1949) y La luna y las fogatas (1950); y Vitaliano Brancati, agudo crítico de la sociedad siciliana, como dejó patente en El bello Antonio (1949). Hubo, además una novela aclamada unánimemente y que dio origen a la película dirigida por Lucchino Visconti con el mismo título, El gatopardo. Escrita en 1958 por Giuseppe Tomasi di Lampedusa, se desarrolla en la Sicilia rural, desde el desembarco de las tropas garibaldinas hasta el final del siglo XIX.
Alberto Moravia es, quizá, junto a Pirandello, el escritor italiano moderno más conocido. Autor de novelas y relatos cortos en los que narra situaciones humanas contemporáneas, escribió en una prosa realista e impactante sobre los dilemas morales de hombres y mujeres atrapados en situaciones complicadas tanto social como emocionalmente. Su obra más conocida es La ciociara (La campesina, 1957), la historia de una madre y una hija en la Italia desgarrada por la guerra, llevada al cine por Vittorio de Sica e interpretada por Sofía Loren. Otro filme exitoso de Vittorio de Sica se basó en la novela de Giorgio Bassani, escrita en 1962, El jardín de los Finzi-Contini, que narra los avatares de una familia judía de Ferrara, ciudad natal del autor, durante los años del fascismo. Otro de los novelistas más destacables de la posguerra, Dino Buzzatti, escribió textos alegóricos entre los cuales destacan la novela El desierto de los tártaros (1940) y la obra teatral Un caso clínico (1953). Elsa Morante, cuya narrativa contiene elementos épicos y místicos, fue la autora de Mentira y sortilegio (1948), la vida de una familia del sur de Italia, y de La historia (1974), que describe la odisea de una pequeña familia formada por una madre asustada, un muchacho y un niño en la Roma de la II Guerra Mundial. Natalia Ginzburg, poeta y novelista, se ganó el reconocimiento de la crítica por su sensible aproximación a las mujeres y los niños de la Italia de su tiempo, relegados a papeles estereotipados dentro de las familias; entre sus obras destacan Las voces de la noche (1961) y Léxico familiar (1967).


1) NACIONALISMO ALEMÁN (1871-1945)

Tras la unificación de los estados alemanes en 1871, las tendencias revolucionarias de la literatura alemana empezaron a entrar en conflicto con el militarismo y el materialismo económico de la burguesía alemana. El principal representante de esta última, el estadista prusiano y primer canciller del Imperio Alemán, el príncipe Otto von Bismarck, expresó la visión dominante en la sociedad contemporánea en sus memorias tituladas Gedanken und Errinerungen (Memorias, 1898). Sin embargo, el poeta y filósofo Friedrich Wilhelm Nietzsche realizó una crítica demoledora de los valores sociales existentes. En libros como Jenseits von Gut und Böse (Más allá del bien y del mal, 1886) y Wille zur Macht (La voluntad de poder, 1901), Nietzsche rechazaba los valores religiosos tradicionales de la moralidad burguesa y el idealismo predominante en la filosofía alemana. Expuso su poética visión de un nuevo tipo de ser humano como figura dominante de una sociedad radicalmente transformada en la obra Also sprach Zarathustra (Así hablaba Zaratustra, 1883). Este nuevo tipo, el Übermensch (`superhombre'), daría cuerpo a las mejores cualidades del individuo creativo, la expresión más alta de la “voluntad de poder”, la fuerza que produce todo esfuerzo humano.

A partir de la idea de Nietzsche de la recurrencia cíclica de los acontecimientos, el filósofo de la historia Oswald Spengler formuló sus principios sobre el determinismo histórico. Estos desarrollos en los estudios de psicología e historia, combinados con la concepción de Nietzsche del artista como un crítico radical de la sociedad, influyeron en los movimientos literarios más importantes de finales del siglo XIX y principios del XX: naturalismo, expresionismo y teatro épico.

a) Naturalismo Alemán

El movimiento naturalista en literatura apareció después del apogeo del realismo. El realismo busca un arte que refleje las fuerzas del bien y del mal que afectan a la vida humana. El naturalismo, por su parte, es una forma de determinismo artístico que pinta un mundo desolado en el que los seres humanos están atrapados y condenados al fracaso y al desastre por fuerzas incontrolables. Los temas utilizados a menudo por los escritores naturalistas incluyen la enfermedad, la locura, la senilidad, la hipocresía religiosa, las relaciones familiares, los problemas políticos y las fuerzas ineludibles de la economía, la herencia, la raza, la clase y el entorno. Los principios artísticos del movimiento naturalista fueron descritos por el crítico y escritor Arno Holz en su tratado Die Kunst (El arte, 1891). Holz fue también coautor, con Johannes Schalf, de tres dramáticas narraciones naturalistas, recogidas bajo el título colectivo Papa Hamlet (1889). Algunos elementos del naturalismo, especialmente aquellos que tienen que ver con los aspectos eróticos de la vida, aparecen en los dramas del médico y dramaturgo austriaco Arthur Schnitzler. El representante principal del movimiento naturalista, sin embargo, fue el dramaturgo Gerhart Hauptmann. En su obra Vor Sonnenaufgang (Antes de amanecer, 1889) describe a los seres humanos como víctimas de la herencia y del entorno, condenados a luchas desesperadas contra fuerzas que no pueden controlar. Este tema, así como la forma de presentarlo, anticipaba muchos tratamientos similares en la literatura moderna. En una obra posterior de Hauptmann, Die Weber (Los tejedores, 1892), el héroe del drama está representado por un grupo social. En los últimos escritos de Hauptmann se produce una transición desde el naturalismo hacia el movimiento literario conocido como impresionismo, en el que el detallismo realista es sustituido por una pintura de las impresiones que los objetos ejercen en la visión individual del artista.
Otros movimientos importantes de la literatura alemana de principios del siglo XX fueron el neoclasicismo, el neorromanticismo, el simbolismo, el surrealismo, dadá y, el más importante, el expresionismo, que pone el acento en cuestiones de orden psicológico.

b) Expresionismo Alemán

Con origen en la pintura, el expresionismo empezó a influir en la literatura alemana alrededor de 1910. Como reacción frente al naturalismo y el impresionismo, que se preocupaban principalmente de la representación realista de la existencia, el nuevo movimiento tenía por objeto la expresión o representación de los sentimientos, experiencias y reacciones interiores del artista o escritor. El escritor expresionista da cuerpo al concepto de Nietzsche del artista como un crítico de los valores tradicionales. Además, igual que el pintor, el poeta o el novelista buscaba retratar las poderosas fuerzas interiores en la personalidad humana. Un lenguaje emocional exagerado y el dibujo de tipos abstractos más que de personajes realistas se convirtieron en medios para ese fin. El dramaturgo alemán Frank Wedekind, un expresionista temprano, con un sentido grotesco del humor, luchó contra las convenciones sociales en demanda de una nueva moralidad sexual. Fuerzas tales como la rebelión adolescente y la sexualidad amoral quedan retratadas en sus obras Frühlings Erwachen (Despertar de primavera, 1891) y Die Büchse der Pandora (La caja de Pandora, 1904). Esta última sirvió de base tanto para una versión cinematográfica (1928) como para Lulu, una ópera del compositor austriaco Alban Berg.
El conflicto generacional se convirtió para muchos escritores expresionistas en un símbolo de la crítica de los valores tradicionales, como en Der Sohn (El hijo, 1914) de Walter Hasenclever. Las actitudes antibelicistas después de la I Guerra Mundial encontraron expresión en las obras de Ernst Toller, Fritz von Unruh y otros. Georg Kaiser, en su inmensa producción dramática, fue un especialista en el diálogo epigramático, que resultaba muy apropiado para la naturaleza abstracta y simbólica de sus personajes. Carl Zuckmayer, quizás el dramaturgo más popular de su generación, se hizo especialmente famoso por sus vivaces caracterizaciones. Entre sus obras más conocidas están el drama Der Hauptmann von Köpenick (El capitán de Köpenick, 1931) y el guión para Der blaue Engel (El ángel azul, 1930), el film de Josef von Sternberg.
El movimiento expresionista produjo algunos poetas de gran originalidad. Su tema central era la crisis de los valores individuales y colectivos, como aparece en los poemas de Georg Trakl, llenos de nostalgia y soledad; o los de Georg Heym, que expresaban la desesperación ante la miseria y la soledad de la vida urbana. Franz Werfel, escritor austriaco, el poeta más importante del expresionismo, escribió sobre su nostalgia de una armonía entre los hombres y la naturaleza.

c) Teatro épico Alemán

El dramaturgo más original y sugerente del periodo moderno fue Bertolt Brecht. Empezó como expresionista, pero pronto desarrolló su propio estilo al comenzar con su teatro épico, en el que utilizaba baladas, elementos documentales y otras innovaciones como comentarios a la acción dramática. Igual que Wagner, creía en la misión de la escena como centro de enseñanza política y moral. En sus numerosas obras, entre las que se encuentran Mutter Courage und ihre Kinder (Madre Coraje y sus hijos, 1941), Der Kaukasische Kreidekreis (El círculo de tiza caucasiano, 1944-1945) y Der gute Mensch von Sezuan (La persona buena de Sezuan, 1943), escribió parábolas dramáticas para educar a su público. La influencia de Brecht se extendió por todo el mundo y muchos escritores más jóvenes adoptaron las técnicas dramáticas que él desarrolló. Entre los discípulos de Brecht se encuentra Peter Weiss, famoso por su apasionado drama documental Marat-Sade (1964), Rolf Hochhuth y Heinar Kipphart, que han alcanzado éxito con el llamado teatro documental en el que se llevan a la escena acontecimientos históricos. El dramaturgo suizo Friedrich Dürrenmatt ha reanimando el teatro con importantes obras eclécticas, cínicas y melodramáticas. Max Rudolf Frisch mantiene creencias más fuertes y convicciones morales más profundas que Dürrenmat, pero ha tenido menos éxito de público internacional.

d) La novela del siglo XX

La poderosa tendencia narrativa que se percibe en algunos de los dramas de Hauptmann se hace prominente en su novela Der Narr in Christo Emanuel Quint (Manuel Quint, el loco en Cristo, 1910), la historia de un joven carpintero, lleno de entusiasmo religioso, cuyo martirio lo frustra el mundo profano. La prosa de Schnitzler pierde acción en favor del monólogo interior. En Leutnant Gustl (El teniente Gustl, 1901) y Fräulein Else (La señorita Elsa, 1924) creó una nueva técnica de tratar el inconsciente. Der Mann ohne Eigenschaften (El hombre sin atributos, 4 volúmenes, 1930-1942), del escritor austriaco Robert Musil, es un espejo intelectual y psicológico de una época cultural a punto de desaparecer en Europa. Hermann Broch, en su trilogía Die Schlafwandler (Los sonámbulos, 1931-1932), describió también la decadencia y la desintegración de la vieja sociedad burguesa. Monumentales cuadros de personalidades y acontecimientos históricos se pueden encontrar en los escritos de Ricarda Huch. En prosa, las obras más famosas de Franz Werfel son las novelas Die vierzig Tage des Musa Dagh (Los cuarenta días de Musa Dagh, 1933) y Das Lied von Bernardette (La canción de Bernardette, 1941). Alfred Döblin, en su novela Berlin Alexanderplatz (1930), encontró un original estilo de montaje para presentar la situación de la clase obrera berlinesa.
Los novelistas alemanes modernos más destacados son Thomas Mann, Hermann Hesse y Franz Kafka. Mann, en su primera novela, Los Buddenbrook (1901), expuso un tema frecuente en su obra posterior: el conflicto entre los suficientes y prósperos representantes de la saludable vida burguesa y el artista perspicaz y a menudo enfermizo. Los conflictos y dificultades de la personalidad creadora son el tema de las novelas y narraciones más importantes de Mann. En Der Zauberberg (La montaña mágica, 1924) ofrecía lo que de hecho es una alegoría de la vida intelectual occidental en vísperas de la I Guerra Mundial. Ácido opositor al nacionalsocialismo, Mann abandonó Alemania en 1933 y acabó en el exilio parte de los cuatro volúmenes de Joseph und seine Brüder (José y sus hermanos, 1933-1944). Su desesperación ante el destino de Alemania y su preocupación por el artista creador están elocuentemente retratados en Doctor Faustus (1947), un estudio de la vida cultural alemana durante el apogeo del nacionalsocialismo. Heinrich Mann, el hermano del gran novelista, se enfrentó también al nazismo y es conocido por sátiras políticas como Der Untertan (El súbdito, 1918).
Los escritos de Hesse expresan un sentido de la soledad espiritual, a menudo atemperado por la sabiduría y el misticismo de la filosofía oriental. Hesse describió la alienación y la dualidad de la naturaleza de los seres humanos modernos en Demián (1919) y Steppenwolf (El lobo estepario, 1927). En su obra quizás más importante, Das Glasperlenspiel (El juego de abalorios, 1943), propugna una nueva aristocracia ética e intelectual. La obra de Hesse, poco leída al principio salvo en Alemania, gozó de un considerable interés durante la década de 1960.
Ningún escritor en alemán ha ejercido una influencia tan extraordinaria en la novela contemporánea como el escritor checo Franz Kafka. Sus novelas Der Prozess (El proceso, 1925), Das Schloss (El castillo, 1926) y Amerika (1927), así como sus numerosas narraciones ofrecen un fascinante ajuste de cuentas con un mundo desarticulado e inescrutable, atrapado por la falta de fe y de dirección. El estilo narrativo aparentemente sencillo de Kafka dio una nueva profundidad al principio expresionista, evocando el misterio de la experiencia humana a través de símbolos sugerentes.

e) Poesía moderna Alemana

La época moderna de la poesía alemana empieza con Nietzsche, que escribía poesía lírica. Su influencia puede rastrearse en la poesía y la prosa de Gottfried Benn, cuya desilusión y desesperación casi nihilistas subyacen en su búsqueda de valores positivos. Un gran resentimiento de injusticia social caracteriza los poemas de Richard Dehmel. Hugo von Hofmannsthal desarrolló sus dotes poéticas en poemas líricos y en libretos para óperas del compositor alemán Richard Strauss. El principal exponente del movimiento simbolista en la poesía alemana fue Stefan George, que, como Nietzsche, intentó recuperar el papel del poeta como crítico del materialismo y de la corrupción. Una tarea similar se propuso el también famoso poeta moderno alemán Rainer Maria Rilke. En Die Sonette an Orpheus(Sonetos a Orfeo, 1923), Rilke intentó transmitir las misteriosas percepciones de la belleza que tiene el poeta.


Literatura Galesa (Inglaterra) del Siglo XX

En el siglo XX se ha producido un tremendo resurgir de la actividad literaria y el sentimiento nacionalista en Gales. Poetas como Thomas Gwynn Jones y Robert William Parry produjeron importante poesía dentro de la tradición clásica, y William John Gruffydd realizó obras excelentes en metros más libres. Sir John Morris-Jones escribió 'Salmo a Mannon', considerada una obra maestra de la poesía galesa por la pureza de dicción y el uso técnicamente exacto de los metros clásicos. Sus poemas líricos no han sido superados en la poesía galesa del siglo XX, lo mismo que sus acertadas traducciones de poemas de otros idiomas. También es un vigoroso ensayista.
La prosa galesa del siglo XX ha contado igualmente con un renacido vigor. Entre los escritores de relatos se cuentan Kate Roberts, considerada como la escritora más profunda de todos los del género. D. J. Williams, también ensayista, y E. Tegla Davies han escrito importantes relatos. Novelistas destacados son Islwyn Ffowc Elis y Saunders Lewis, también distinguido dramaturgo.
Debe señalarse que un número impresionante de escritores nacidos en Gales son autores conocidos en inglés; por ejemplo el dramaturgo y actor Emlyn William, y Dylan Thomas, el renombrado poeta lírico y autor de relatos. La continuidad de la literatura galesa, sin embargo, está inevitablemente ligada al destino de la lengua galesa, actualmente apoyada por la Unión Europea y el gobierno británico.

Literatura Inglesa del Siglo XX

En el siglo XX se ha producido un tremendo resurgir de la actividad literaria y el sentimiento nacionalista en Gales. Poetas como Thomas Gwynn Jones y Robert William Parry produjeron importante poesía dentro de la tradición clásica, y William John Gruffydd realizó obras excelentes en metros más libres. Sir John Morris-Jones escribió 'Salmo a Mannon', considerada una obra maestra de la poesía galesa por la pureza de dicción y el uso técnicamente exacto de los metros clásicos. Sus poemas líricos no han sido superados en la poesía galesa del siglo XX, lo mismo que sus acertadas traducciones de poemas de otros idiomas. También es un vigoroso ensayista.

La prosa Inglesa del siglo XX ha contado igualmente con un renacido vigor. Entre los escritores de relatos se cuentan Kate Roberts, considerada como la escritora más profunda de todos los del género. D. J. Williams, también ensayista, y E. Tegla Davies han escrito importantes relatos. Novelistas destacados son Islwyn Ffowc Elis y Saunders Lewis, también distinguido dramaturgo.
Debe señalarse que un número impresionante de escritores nacidos en Gales son autores conocidos en inglés; por ejemplo el dramaturgo y actor Emlyn William, y Dylan Thomas, el renombrado poeta lírico y autor de relatos. La continuidad de la literatura galesa, sin embargo, está inevitablemente ligada al destino de la lengua galesa, actualmente apoyada por la Unión Europea y el gobierno británico.

1) La narrativa posterior a la I Guerra Mundial

Entre los novelistas y autores de relatos, Aldous Huxley es uno de los que expresan mejor la sensación de desesperanza del periodo posterior a la I Guerra Mundial en Contrapunto (1928), una obra escrita con una técnica que marca una ruptura con respecto a las narraciones realistas previas.
Antes que Huxley, y de hecho antes de la guerra, las novelas de E. M. Forster, como Una habitación con vistas (1908) y Regreso a Howards End (publicada también como La mansión, 1910), habían expuesto el vacío de los intelectuales y las clases altas. Forster proponía un regreso a la sencillez, a los sentidos y a la satisfacción de las necesidades del ser físico. Su novela más famosa, Pasaje a la India (1924), combina estas preocupaciones con un análisis exacto de las diferencias sociales que separaban a las clases dominantes inglesas de los habitantes nativos de la India, demostrando la imposibilidad de la permanencia de un gobierno inglés
D. H. Lawrence también expuso la necesidad de un regreso a las fuentes primigenias de la vitalidad de la raza. Sus numerosas novelas y relatos, entre las que destacan Hijos y amantes (1913), Mujeres enamoradas (1921) y El amante de lady Chatterley (1928) son mucho más experimentales que las de Forster. El evidente simbolismo de los argumentos de Lawrence y la exposición directa de sus opiniones rompen los lazos con el realismo, que se ve reemplazado por la propia dinámica del espíritu de su autor.
Mucho más experimentales y heterodoxas fueron las novelas del irlandés James Joyce. En su novela Ulises (1922) se centra en los sucesos de un solo día y los relaciona con patrones temáticos basados en la mitología griega. En Finnegans Wake (1939), Joyce va más allá creando todo un vocabulario nuevo a partir de elementos de muchos idiomas para realizar una narración de asuntos de la vida diaria entrelazada con muchos mitos y tradiciones. De algunos de estos experimentos participan las novelas de Virginia Woolf; sus obras La señora Dalloway (1925) y Al faro (1927) expresan la complejidad y evanescencia de la vida experimentada a cada momento. Ivy Compton-Burnett atrajo a menos lectores con sus originales disecciones de las relaciones familiares, elaboradas casi siempre a base de escuetos diálogos, como ocurre con Hermanos y hermanas (1929) y Padres e hijos (1941).
2) La narrativa posterior a la II Guerra Mundial
Después de la II Guerra Mundial han aparecido pocas tendencias claramente distinguibles en la narrativa inglesa, al margen de los llamados “jóvenes airados” de las décadas de 1950 y 1960. Este grupo, que incluye a los novelistas Kingsley Amis, John Wain, Alan Sillitoe y John Braine, fustiga los valores caducos de la vieja Inglaterra. Iris Murdoch realizó un análisis cómico de la vida contemporánea en sus muchas novelas, como Bajo la red (1954), El príncipe negro (1973) o El buen aprendiz (1986).
Anthony Burgess, profundo escritor, se hizo famoso por su novela sobre la violencia juvenil, La naranja mecánica (1962), y John Le Carré ganó gran popularidad por su ingeniosas y complejas novelas de espionaje, como El espía que surgió del frío (1963) o La casa Rusia (1989). William Golding explora el mal del ser humano en la alegórica El señor de las moscas (1954), y obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 1983. Durante la década de 1960 el realismo social de escritores como Amis, Braine y Alan Sillitoe, con su énfasis en el restrictivo provincianismo inglés, dio paso a influencias más internacionales. V. S. Pritchett y Doris Lessing, desde posturas muy distintas, obtuvieron el reconocimiento de los lectores. Lessing destacó por novelas en las que se ocupa del papel de la mujer en la sociedad actual, como ocurre en El cuaderno dorado (1962). Debe subrayarse también el humor negro altamente estilizado de escritores como Angus Wilson y Muriel Spark.

Literatura Irlandesa del Siglo XX

El renacimiento literario irlandés se extendió hasta principios del siglo XX. El dramaturgo Sean O'Casey escribió La sombra de un pistolero (1923), Juno y el pavo real (1924) y El arado y las estrellas (1926), retratos realistas de la vida en los bajos fondos de Dublín. Los seis libros, reunidos en dos volúmenes con el título El espejo en casa (1956), representan una contribución fundamental a la historia de la literatura irlandesa. Las obras de Mary Colum y del dramaturgo y director del Abbey Theatre, Lennox Robinson, tienen un carácter eminentemente histórico y personal.
1) Narrativa y ensayo
Al mismo tiempo, salieron a escena varios escritores irlandeses nuevos, entre los que se cuentan los novelistas Liam O'Flaherty, autor de intensos relatos sobre la vida irlandesa como El delator (1925) y Hambruna (1937), y Elizabeth D. C. Bowen, autora de La muerte del corazón (1949) y Eva Trout (1968). También destacaron Molly Keane y, en especial, Edna O'Brien, autora de novelas de carácter autobiográfico sobre los intentos de unos jóvenes rebeldes por recuperar sus raíces.
Brian O'Nolan, conocido periodista, también es autor de novelas brillantes, mientras que los escritores de relatos más conocidos son Michael O'Donovan y William Trevor; entre los más recientes destaca Bernard MacLaverty. Sean O'Faolain escribió notables biografías, ensayos literarios y relatos.
Los escritores irlandeses del siglo XX, James Joyce y Samuel Beckett, aunque no se asocien con el renacimiento literario de su país, son reconocidos como figuras capitales de la literatura mundial. Todas las obras de Joyce, excepto Exiliados, se desarrollan en Dublín. Y Beckett, aunque exiliado en París, utiliza los ritmos de lenguaje y la jerga de Dublín.

2) Poesía Irlandesa

La figura dominante de la poesía irlandesa del siglo XX, y una gran personalidad mundial, fue William Butler Yeats, cuya obra influyó y ha seguido influyendo después de su muerte, en la obra de otros poetas. Destacan también los poetas católicos Austin Clarke y Thomas Kinsella.
En la década de 1980 Seamus Heaney atrajo la atención internacional, que culminó con la concesión del Premio Nobel de Literatura en 1995. Su pasión por las palabras y sus intensas imágenes que reflejan los conflictos trágicos de la experiencia irlandesa, se muestran en sus poemas y numerosos ensayos literarios.

3) Teatro Irlandes

La vitalidad del teatro irlandés se hizo evidente en las obras irónicas de Denis y en Brendan Behan. En años recientes destacó Brian Friel.

miércoles, 22 de octubre de 2008

Las mas importantes Epocas Literarias



__Las mas importantes Épocas literarias__

_Literatura Griega : literatura de los pueblos de habla griega desde finales del segundo milenio a.C. hasta la actualidad. Se desarrolló como expresión nacional con escasas influencias exteriores hasta el periodo helenístico y tuvo un efecto formativo en toda la literatura europea posterior. Los tres géneros que crea la literatura griega, y que serán la base de todo el desarrollo literario posterior son: épica, lírica y dramática.
-Épica: Los primitivos habitantes de Grecia, poseyeron una literatura oral compuesta en su mayor parte por canciones que hablaban de las guerras, las cosechas y los ritos funerarios. Aunque no se conserva ningún fragmento, los cantos de los aedos dedicados a los héroes prefiguran la poesía épica. La épica griega alcanzó su máximo esplendor con la Iliada y la Odisea de Homero, aunque se cree que pueden ser obra de una sucesión de poetas que vivieron a lo largo del siglo IX a.C.
- lírica :procede de canciones acompañadas de la lira, y en la antigua Grecia había dos tipos principales, la personal y la coral. El surgimiento de la poesía lírica griega se concreta en poemas que expresaban los sentimientos del poeta mediante un cuidado ritmo musical.
El teatro surge en Grecia. Su origen se remonta a las fiestas que se celebraban durante la vendimia en honor a Dionisio(dios del vino). Florece en el siglo V a.C., y para entonces quedan definidos los dos géneros teatrales más importantes: tragedia y comedia.

_Literatura Romana: Roma es la cultura que precede a la Griega, la cual propagó a lo largo de su inmenso imperio. En un primer periodo (entre los S III-I a.C.), los romanos imitan la literatura griega, pero con Augusto (entre el 27 a.C. y el 14 d.C.) alcanzarán su edad de oro.












_Renacimiento: periodo de la historia europea caracterizado por un renovado interés por el pasado grecorromano clásico y especialmente por su arte. El renacimiento comenzó en Italia en el siglo XIV y se difundió por el resto de Europa durante los siglos XV y XVI. En este periodo, la fragmentaria sociedad feudal de la edad media, caracterizada por una economía básicamente agrícola y una vida cultural e intelectual dominada por la Iglesia, se transformó en una sociedad dominada progresivamente por instituciones políticas centralizadas, con una economía urbana y mercantil, en la que se desarrolló el mecenazgo de la educación, de las artes y de la música.
El renacimiento fue sobre todo un fenómeno urbano, un producto de las ciudades que florecieron en el centro y norte de Italia, como Florencia, Ferrara, Milán y Venecia, cuya riqueza financió los logros culturales renacentistas. Estas mismas ciudades no eran producto del renacimiento, sino del periodo de gran expansión económica y demográfica de los siglos XII y XIII. Los comerciantes medievales italianos desarrollaron técnicas mercantiles y financieras como la contabilidad o las letras de cambio. La creación de la deuda pública (concepto desconocido en épocas pasadas) permitió a esas ciudades financiar su expansión territorial mediante la conquista militar. Sus mercaderes controlaron el comercio y las finanzas europeas; esta fluida sociedad mercantil contrastaba claramente con la sociedad rural de la Europa medieval. Era una sociedad menos jerárquica y más preocupada por sus objetivos seculares.

_Siglo de las Luces o Ilustración: Término utilizado para describir las tendencias en el pensamiento y la literatura en Europa y en toda América durante el siglo XVIII previas a la Revolución Francesa. La frase fue empleada con mucha frecuencia por los propios escritores de este periodo, convencidos de que emergían de siglos de oscuridad e ignorancia a una nueva edad iluminada por la razón, la ciencia y el respeto a la humanidad.
A través de una educación apropiada, la humanidad podía ser modificada, cambiada su naturaleza para mejorar. Se otorgó un gran valor al descubrimiento de la verdad a través de la observación de la naturaleza, más que mediante el estudio de las fuentes autorizadas.
Durante la primera mitad del siglo XVIII, los líderes de la Ilustración libraron una ardua lucha contra fuerzas considerables. Muchos fueron encarcelados por sus escritos, y la mayoría sufrió persecución y penas por parte de la censura gubernamental, así como descalificaciones y condenas de la Iglesia.
A finales del siglo XVIII surgieron algunos cambios en el pensamiento de la Ilustración. Bajo la influencia de Rousseau, el sentimiento y la emoción llegaron a ser tan respetables como la razón. En la década de 1770 los escritores ensancharon su campo de crítica para englobar materias políticas y económicas.

_Barroco: Periodo que sucedió al renacimiento, entre finales del siglo XVI y finales del siglo XVII, impregnó todas las manifestaciones culturales y artísticas europeas y se extendió también a los países hispanoamericanos.
Coincide cronológicamente con el renacimiento, debe tenerse en cuenta la exageración de figuras, a menudo con posturas forzadas, un irreal tratamiento del espacio, con frecuencia de efectos dramáticos. Se dice que el término deriva del portugués barroco (castellano barrueco), que significa `perla irregular'. El barroco expresa la conciencia de una crisis, visible en los agudos contrastes sociales, el hambre, la guerra, la miseria. Suele establecerse una distinción entre el barroco de los países protestantes y el de los países católicos (barroco de la Contrarreforma).
Desde el punto de vista estético, sobresalen la búsqueda de la novedad y de la sorpresa; el gusto por la dificultad, vinculada con la idea de que si nada es estable, todo debe ser descifrado; la tendencia al artificio y al ingenio; la noción de que en lo inacabado reside el supremo ideal de una obra artística.
En el concepto Barroco se tratan dos corrientes: el conceptismo y el culteranismo. Aunque generalmente suele afirmarse que se trata de dos estilos opuestos, lo cierto es que los dos buscan la complicación formal.
El culteranismo intensifica los elementos sensoriales preocupado por el preciosismo y la artificiosidad formal a través de la metáfora, la adjetivación, el hipérbaton forzado o los efectos rítmicos y musicales del lenguaje
El juego formal del conceptismo se basa en la condensación expresiva y para ello se sirve de la polisemia, las elipsis, las oposiciones de contrarios o antítesis, las paradojas, todo lo que exija una agudeza conceptual

_Romanticismo: Movimiento literario que dominó la literatura europea desde finales del siglo XVIII hasta mediados del XIX. Se caracteriza por su entrega a la imaginación y la subjetividad, su libertad de pensamiento y expresión y su idealización de la naturaleza. El término romántico se empleó por primera vez en Inglaterra en el siglo XVII con el significado original de 'semejante al romance', con el fin de denigrar los elementos fantásticos de la novela de caballerías muy en boga en la época.
Inculcados de un nuevo espíritu de libertad, los escritores románticos de todas las culturas ampliaron sus horizontes imaginarios en el espacio y en el tiempo. Regresaron a la edad media en busca de temas y escenarios.
La nostalgia por el pasado gótico se funde con la tendencia a la melancolía y genera una especial atracción hacia las ruinas, los cementerios y lo sobrenatural.
La coincidencia del periodo romántico con la revolución de independencia en Hispanoamérica favoreció la importación y amplia difusión del movimiento, pero no fue de "las ideas sino de los tópicos, no del estilo sino de la manera, del subjetivismo sentimental". Según un crítico moderno fue más un calco que una ideología.
Hacia mediados del siglo XIX el romanticismo comienza a dar paso a nuevos movimientos literarios: los parnasianos y el simbolismo en la poesía y el realismo y el naturalismo en la prosa, pero siguió cultivándose en toda Europa y América, sin su carga original audaz, como un calco repetitivo y con gran éxito de lectores.

_Realismo: En arte y en literatura, supone el intento por describir el comportamiento humano y su entorno, o por representar figuras y objetos tal y como actúan o aparecen en la vida cotidiana. Esta tendencia ha existido periódicamente a través de la historia en todas las artes; sin embargo, el término se restringe habitualmente al movimiento que comenzó a mediados del siglo XIX como reacción frente al romanticismo. La diferencia entre el realismo y el naturalismo es más difícil de definir, a pesar de que los dos términos son a menudo usados indistintamente. La diferencia estriba en el hecho de que el realismo se ocupa directamente de aquellas cosas que son alcanzadas por los sentidos mientras que el naturalismo, un término más bien aplicado a la literatura, intenta aplicar teorías científicas al arte.
La literatura realista se define particularmente como la ficción producida en Europa y en Estados Unidos desde 1840 hasta la década de 1890, cuando el realismo fue desbancado por el naturalismo. Esta modalidad de realismo comenzó en Francia

_Naturalismo: Teoría según la cual la composición literaria debe basarse en una representación objetiva y empírica del ser humano. Se diferencia del realismo en que incorpora una actitud amoral en la representación objetiva de la vida. Los escritores naturalistas consideran que el instinto, la emoción o las condiciones sociales y económicas rigen la conducta humana.
El Naturalismo se plasmó en obras y periodos concretos de escritores como Benito Pérez Galdós, con La desheredada (1881); Leopoldo Alas Clarín en La Regenta (1884); Armando Palacio Valdés, El señorito Octavio (1881) y Vicente Blasco Ibáñez en su llamado `ciclo valenciano'. Emilia Pardo Bazán fue probablemente la única escritora que defendió abiertamente el naturalismo en su ensayo La cuestión palpitante (1883). Sus novelas Los pazos de Ulloa (1886) y El cisne de Vilamorta (1885), entre otras, se consideran naturalistas.

Epocas Literarias y Literatura

Oda a la almohada (lirica)